AGUA Y ENERGÍA

Benín es un país con un relieve poco accidentado de llanos y llanuras, su altura media no supera los 200 metros. El clima es caliente con dos estaciones, una seca (octubre a mayo) que desafortunadamente cada vez se prolonga más y otra de lluvia (junio a septiembre) que cada vez se acorta, estos desequilibrios provocan grandes sequías que afectan a la salud de la población y arruinan las cosechas.

La falta de agua es uno de los grandes problemas que afectan a las comunidades del norte del país. Esta carencia se refiere no solo a las necesidades de agua para la agricultura o el desarrollo económico en general sino que también existe carencia para satisfacer las demandas más primarias de las personas como son la bebida o la higiene personal. Además, en muchos casos, esta agua no tiene las debidas condiciones higiénico-sanitarias.

La población rural de Benín se abastece de agua mediante pozos tradicionales superficiales, pero estas aguas superficiales están muy contaminadas (suelen contener arsénico y fluoruros). En los periodos de sequía se agrava la situación, ya que los pozos dejan de suministrar agua, y las mujeres, que son las encargadas de buscarla y llevarla en cubos a la casa, han de desplazarse a los "fondales" (cauces secos de los ríos) en los que hacen pequeñas excavaciones y consiguen que fluya algo de agua. Además, se encuentran en lugares muy alejados de las viviendas, lo que supone un gran esfuerzo físico y mucha inversión de tiempo.

La diarrea aguda es la consecuencia habitual del consumo de agua no potable y también una de las principales causas de mortalidad infantil porque provoca deshidratación y acentúa las consecuencias de una mala nutrición crónica. Estas circunstancias deprimen el sistema inmunológico y agravan problemas como el diagnóstico del Sida. Cada año, mueren en África cerca de dos millones de niños a causa de enfermedades relacionadas con la diarrea; en Benín causa el 17% de las muertes de niños menores de 5 años.

Seguimos apoyando e impulsando proyectos que promuevan el acceso a agua potable en calidad y cantidad suficientes a las comunidades rurales del norte de Benín. En este caso, a la localidad de Adjimon, en el Distrito de Donga, en colaboración con la Fundación Alaine y teniendo como contraparte local a Pepe Girau, misionero comboniano español. Se ha llevado a cabo la construcción de un pozo superficial para la comunidad, gracias a la aportación solidaria del IES Pintor Antonio López de Tres Cantos (Madrid), con la celebración de su carrera solidaria anual y a la maratón solidaria de José Carlos Fernández Morato.

Socio local: Misioneros Combonianos.
Inversión: 1.500 euros.

El Centro Diocesano de Gaounga (diócesis de Djougou), dirigido por las Hermanas Hijas de la Caridad del Sagrado Corazón de Jesús comprende un Centro de salud (dispensario-maternidad) y un Centro femenino de formación para jóvenes. Es el centro de salud de referencia en la zona, atendiendo a una media de 20 pacientes diarios, fundamentalmente mujeres y niños con escasos recursos que les impiden costear la atención y el tratamiento médico. Desde aquí se hace toda la atención prenatal y la asistencia a los partos así como la consulta general (vacunación de niños, paludismo, infecciones respiratorias, anemias, diarreas, malnutrición...) y emergencias en general.

El centro de formación alberga en régimen de internado a más de una veintena de chicas (de 12 a 20 años de edad): jóvenes no escolarizadas, muchas de ellas huérfanas, provenientes del entorno de la parroquia de Gaounga y de la Misión comboniana de Toko-toko. El proceso de formación, que dura entre tres y cuatro años, se centra en la alfabetización de las chicas así como en la formación en corte y confección, cocina, higiene, puericultura, peluquería y cultivo del campo, para dotarlas de los instrumentos necesarios que las permita tener un medio de vida digno en el futuro. Incluye también la catequesis para las que libremente quieren recibir el bautismo o la confirmación.

El problema más urgente del Centro era el suministro de agua potable. Aunque contaba con dos pozos excavados a mano, uno de ellos no llegaba a proporcionar la cantidad de agua necesaria para cubrir las necesidades normales, secándose prácticamente en los meses de octubre a mayo (época de sequía) mientras que el segundo pozo proporciona agua salada no apta para el consumo humano. Todo ello ocasionaba que el abastecimiento de agua potable se hiciera con un camión cisterna, elevando muchísimo su precio.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/pueblo-de-dios/pueblo-dios-toko-toko-nueva-mision-benin-2/3139490/

Socio local: Diócesis de Djougou.
Inversión: 6.000 euros.

Seguimos apoyando e impulsando mejoras para el buen funcionamiento del Dispensario Santa María de las Hermanas Oblatas, en la localidad de Fo-Bouré, en el norte de Benín. Este Centro, cuenta, además del dispensario médico, con un centro de rehabilitación nutricional para desnutridos y un internado para chicas jóvenes que les permite acceder a una educación y formación profesional en peluquería y corte y confección.

Una de las principales carencias del centro era la necesidad de poder lavar la ropa (de los enfermos, del dispensario, del internado y del centro nutricional), para lo cual se consideraba imprescindible la construcción de una pequeña lavandería que prestara ese servicio de gran utilidad para el centro y llevará el nombre de Alicia Torres (aLy), en homenaje a nuestra gran compañera y amiga de la Fundación fallecida en 2013.

Socio local: Misión Interdiocesana de Fo-Bouré.
Inversión: 2.500 euros.

Banikoara tiene serios problemas en lo que concierne al abastecimiento de agua potable a la población a pesar de la existencia de la SONEB (Sociedad Nacional de Aguas de Benín) en la ciudad y la instalación de algunos depósitos de agua en ciertos puntos clave del distrito. Fuera de ello, la periferia de la ciudad así la amplia mayoría de pueblos de la comuna, carecen de agua potable y el suministro se hace a través de pozos privados no protegidos (con caudales muy débiles) y que no cumplen criterios de salubridad ni potabilidad o bien acceden directamente al agua de los ríos de la región. Lo mismo sucede en materia de saneamiento. La situación se agrava nuevamente en las comunidades rurales aisladas así como en los campamentos de peulhs. La inexistencia de letrinas es fuente de enfermedades diarreicas agudas (EDA), especialmente durante la estación de lluvias.

Para poder ofrecer una mejor asistencia sanitaria a la población de la zona, urgía un buen centro de salud en Banikoara con capacidad e infraestructura suficiente para atender la demanda y necesidades de la población. El Hospital está en funcionamiento y ubicado a las afueras de la ciudad en un terreno de 15 hectáreas cedido por el Ayuntamiento de la ciudad. Ofrece asistencia sanitaria de atención primaria así como una sala de hospitalización, laboratorio y farmacia. En los próximos meses ofrecerá los servicios de pediatría y cirugía y habrá campañas puntuales de oftalmología y odontología. Se ha formado también a una comadrona y un auxiliar de salud peulhs para que ella, que habla su lengua y comparte su realidad cultural y existencial, pueda ayudarles mejor a comprender la misión y el uso de que los centros de salud.

El proyecto ha contribuido a mejorar el estado de salud y la calidad de vida de las comunidades rurales de Banikoara. Para ello, se ha facilitado el suministro de agua en condiciones de potabilidad, proximidad y cantidad suficiente en el Hospital Suno Gaya de Banikoara, Alibori, Benín, mediante la construcción de infraestructuras de captación de agua con las condiciones adecuadas de potabilidad, proximidad y cantidad. El caudal mínimo obtenido es de 500 l/h y el tiempo que han de emplear los usuarios para recogerla es menor de 5 minutos ida y vuelta. Así mismo, el agua reúne las condiciones de potabilidad adecuadas.

Socio local: Fundación Vida para Todos.
Inversión: 12.300 euros.

Los municipios de Kalalé, Nikki y Pereré están ubicados en el departamento de Borgou en el noreste de Benín. El objetivo general ha sido contribuir a la mejora de la calidad de vida de las poblaciones de diez poblados de los municipios de Kalalé, Nikki y Pereré facilitando el suministro de agua en condiciones de potabilidad, proximidad y cantidad mediante la construcción de infraestructuras de captación de agua. El caudal mínimo obtenido en cada uno de los pozos realizados o instalados es de 500 l/h y el tiempo que han de emplear los usuarios para recogerla es menor de 30 minutos ida y vuelta.

El número de beneficiarios directos final ascendió a 12.820 siendo los beneficiarios indirectos todas las personas que transitan por la zona.

En Batin la etnia predominante es la Baribá, aunque se cuenta con la gente que vive en los poblados cercanos y que son Gandós. Solo disponían de un pozo tradicional que era totalmente insuficiente para el correcto abastecimiento de todos los habitantes, llegando a agotarse durante la época seca.

Kpire. Este pueblo está compuesto a la vez por gente de la etnia Baribá y gente de la etnia Gandó. Compartían el único pozo que había en el pueblo. Éste abastecía al poblado salvo cuando llegaba la época seca en la que el volumen de agua almacenado disminuía su cantidad lo que hacía que la reserva de agua no fuera suficiente para la población.

Bueru. Los habitantes de esta comunidad, proceden de Boukumbe, región fronteriza con Togo en la parte central del país. Este éxodo fue provocado por la mayor productividad de la tierra en Nikki frente a la zona oeste del país. Dicha migración se inició hace 40 años, prolongándose durante 15 años. Actualmente esta comunidad cuenta con 300 habitantes.

Pilanku. Éste es un poblado que está al norte de Nikki en la región de Sakabansi a 1-1,15 h de distancia desde Nikki. Pilanku es un pueblo Gandó con una población de unas 1000 personas. Viven de la agricultura y ganado fundamentalmente, no mantienen mucha relación con el resto de poblados. No tienen escuela, ni dispensario ni puntos de agua. En época de lluvias la obtienen de un pequeño embalse cercano pero en época seca tienen que ir a Sakabansi que se encuentra a 11 km.

Biro. Es una población de etnia baribá y con una población de 1500 habitantes. Dispone de otros dos puntos de agua más abajo en el pueblo al que no accede esta gente.

Gbaoussi. Esta localidad se encuentra a unos pocos kilómetros de Nikki y cuenta con un colegio de enseñanza primaria al que acuden alumnos de varios pueblos o campamentos de otras etnias de alrededor. Es un pueblo compuesto por gente de la etnia Bariba pero al que desde hace unos pocos de años se han venido a instalar gente de la etnia Ñende originaria del noroeste del país buscando mejores tierras y agua.

Kparisserou. Esta comunidad se encuentra cerca de Nikki, a unos 5 km. Tiene 800 habitantes en el pueblo más varios asentamiento de Peul y Gandós al otro lado del río. Esta comunidad tan solo cuenta en la actualidad con un pozo manual, muy cerca de un riachuelo que se seca desde febrero a junio. Los que disponen de dinero van a Nikki u otra comunidad cercana a comprar el agua. Tuvieron una bomba, instalada por el Gobierno, que se puso hace 25 años. El servicio técnico de la Municipalidad de Nikki ha intentado repararla y no lo ha conseguido.

El impacto en las comunidades del acceso a agua potable observado hasta el momento es altamente positivo, impulsando de manera inequívoca el desarrollo de las mismas:

  • Reducción de los problemas de salud asociados al consumo de aguas contaminadas (pozos superficiales y agua de los cauces secos): gastroenteritis, diarreas, fiebre tifoidea, etc. y por consiguiente, reducción de la alarmante mortalidad infantil.
  • Aumento de oportunidades para la mujer, debido a la reducción en el tiempo requerido para la búsqueda de agua, que impactará tanto en adultas como en las niñas, que podrán recibir una correcta escolarización en mayor medida.
  • Impulso al desarrollo económico de las comunidades afectadas.
“Rodeados de toda la comunidad, el jefe del poblado, bajo la supervisión del técnico especialista de agua quitó el precinto de seguridad que bloqueaba el mando de la bomba e inmediatamente después de accionar la bomba, un chorro de agua limpia comenzó a brotar con la consiguiente alegría de todos los presentes. Tras comprobar que el funcionamiento de las bombas de agua era el idóneo, se procedió a la firma del acta de recepción provisional entre el responsable del proyecto, el técnico especialista de agua, el jefe del poblado y la responsable del comité de seguridad e higiene de la comunidad así como la entrega del material para el mantenimiento y la comprobación de que las reglas de uso y mantenimiento del pozo estaban aprobadas por el Comité de Agua. Estos documentos se remitirían posteriormente a la empresa constructora de los pozos para que de validez al período de garantía de los mismos.”

Socio local: Asociación Mensajeros de la Paz y la Sociedad de Misiones Africanas.
En colaboración con la Fundación Energía sin Fronteras.
Inversión: 110.000 euros.

Desde el mes de noviembre de 2015 se está trabajando conjunta y coordinadamente en un Grupo de Trabajo para contribuir a paliar la necesidad de ofrecer una solución definitiva y viable al problema del saneamiento integral del Hospital de los hermanos de San Juan de Dios en Tanguietá, provincia de Atakora, en el noroeste de Benín.

Es la primera vez que un numeroso grupo de organizaciones de desarrollo (Mensajeros de la Paz, Energía sin Fronteras, OAN Fundación, Fundación Salvador Soler, Hermanas Teatinas, Hermanos de San Juan de Dios), con el apoyo y la coordinación técnica del Grupo de Agua para el Desarrollo de la UPM, por ser grandes conocedores de la materia y con mucha experiencia en proyectos de agua en África, impulsa un reto tan importante de trabajo conjunto en Benín.

Tanguiéta es una población de unos 40.000 habitantes que se concentra alrededor del Hospital de San Juan de Dios. La provincia de Atakora es la más deprimida del país y Tanguiéta fue el sitio elegido por los hermanos de San Juan de Dios para crear, hace 40 años, un pequeño consultorio de asistencia médica. Este pequeño consultorio es hoy el Hospital de Tanguietá, en la actualidad, el más importante del país, junto con el Hospital Universitario de Cotonou.

El Hospital de Tanguiéta, atiende a la población de Benín y de países limítrofes, fundamentalmente de Níger y Burkina y cubre todos los servicios. Cuenta con dos salas quirúrgicas, una con dos mesas operatorias y la otra con tres; Tiene seis médicos de plantilla, un pediatra, un obstetra, un cirujano, un trauma, un analista, un internista y Fray Florencio, que como cirujano hace todas las especialidades. Es difícil calcular el número de camas para comparar su actividad asistencial con un hospital occidental, porque la mayoría de los pacientes están tumbados en el suelo y solo los más graves ocupan las alrededor de 300 camas organizadas en literas. A lo largo del año vienen diferentes misiones quirúrgicas de Europa: Cirujanos maxilofaciales suizos para operar tumores de Burkitt, malformaciones faciales, labios leporinos y traumatismos; Urólogos franceses para la reparación de fístulas vésico-vaginales y médicos ortopedas franceses para la realización de prótesis de caderas, fundamentalmente.

El Hospital San Juan de Dios de Tanguietá se compone de 10 edificios de planta baja que albergan los diferentes servicios médicos (Pediatría, Maternidad, Cirugía, Salas de Hospitalización, Quirófanos,....). Cada edificio tiene unas dimensiones aproximadas de unos 120 m2 y cuenta con una fosa séptica que recibe aguas grises y negras. La dimensión y ubicación de las fosas se muestra insuficiente pues las fosas rebosan su contenido que corre por la superficie. Esta situación se agrava especialmente en época de lluvias con el consiguiente riesgo sanitario que conlleva. El terreno tiene una pendiente variable, encontrándose en la parte alta el Hospital y en la baja otros edificios que acogen la lavandería, almacenes, laboratorios, residencias de médicos y hermanos de la orden de San Juan de Dios y hermanas Teatinas (con la presencia de varias religiosas españolas).

En un terreno adjunto existe un Centro Terapeútico Nutricional que recibe diariamente una cifra variable de pacientes con una elevada demanda nutricional. Este terreno adjunto cuenta con letrinas. El aprovisionamiento de agua del Hospital se realiza a través de 3 pozos (ubicados en el mismo recinto hospitalario) que arrojan un caudal variable entre los 2m3/h y los 10m3/h.

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